Entrevistas

Sergio López Castro, filósofo (I): «Intento ver el coronavirus como una posibilidad de regresar a la casilla de salida»

Sergio López Castro (Luján, Buenos Aires, 1969) es un filósofo práctico argentino-español que reside en Zaragoza desde 2006. Actualmente ejerce como consultor y formador.

Pregunta. ¿Qué tal ha llevado el confinamiento?

Respuesta. En general, bien. De forma previa a él, tenía un estilo de vida muy contenido y austero. No me supuso grandes transformaciones. Quizá sí me supuso, en cambio, un esfuerzo por comprender las reacciones de la gente a mi alrededor. No porque no sospechase que no pudiesen darse, sino porque la sospecha se comprobó. No es agradable pasar de la intuición a la confirmación.

P. ¿Qué ha confirmado?

R. Que vivimos en un modelo socio-vital con grandes carencias a nivel humano. Si ya era difícil antes de la Covid-19 alcanzar una vida mejor, el virus ha venido a confirmar que los mimbres para esa vida no son algo que vivamos las mayorías. Desde un tono quizá ingenuo, se dice “ojalá esto nos sirva”. Pero creo que podemos pecar de falso optimismo.

P. ¿Así lo cree?

R. Sí. Los cambios son siempre menos profundos de lo que nos gustaría que fueran. También, más minoritarios. Cambiarán aquellas personas que ya estaban en una línea de cambio; los que buscaban alternativas. No soy optimista. Esto no va dirigido a calificarnos como mejores o peores, sino a saber por dónde anda cada uno.

Vivimos en un modelo socio-vital con grandes carencias a nivel humano

P. ¿Cómo deberíamos afrontar la enfermedad, entonces?

R. Deberíamos hacer de la necesitad virtud. El coronavirus viene a tocar nuestros límites, pero las personas no queremos tocarlos para salir de nuestra zona de confort y construirnos a partir de ahí. Si tú te trabajas desde el límite, te trabajas desde un dato incontestable. Un dato absolutamente real, dadas las circunstancias extremas con las que lidiamos. Es lo que vives de ti y desde ti. Lo que construyas en estos duros momentos va a ser profundamente honesto y tuyo.

P. Suena muy bien.

R. Sí, pero este esfuerzo lo harán pocas personas, simplemente quienes hayan visto este escenario como una necesidad y/o una posibilidad de convertirse en otra persona para construir un mundo mejor. El que tenemos está fallando. La mayoría ha sobrevivido a la Covid-19 aguantando la obligación de quedarse en casa. Sin embargo, hay otros modos de sobrevivir.

P. ¿En qué sentido se dirige esa transformación de la que habla?

R. Me refiero a un cambio a nivel personal, que repercutirá a su vez en otros ámbitos: el mundo de los afectos, el laboral, el de los vecinos, aquel de nuestros compromisos éticos o políticos, etc. El cambio exterior sólo se sostiene a través del cambio interior. Porque un cambio interior que no esté afianzado en el trabajo personal y en una vuelta a lo que hay dentro de cada uno tendrá poco recorrido.

Sergio López Castro reside en España desde 2003/S.L.C.

P. ¿La pandemia ha contribuido a que se produzca este cambio?

R. No lo creo así. Pongamos un ejemplo: vemos que hay un componente emocional, que se refleja en la solidaridad hacia los sanitarios con los aplausos y la empatía con los servicios que están en primera línea. Pero, ¿de dónde proviene esa empatía inmediata? ¿Del miedo que tenemos frente a lo inédito de la enfermedad y la muerte? ¿O de que, verdaderamente, hay una crítica hacia un sistema que está haciendo aguas? Para que la solidaridad se mantenga en el tiempo tiene que conectar con aquellas fuerzas que vayan más allá del miedo. No quiero decir que sea este únicamente el que nos haga ser solidarios, pero no es lo más adecuado ni sano que la solidaridad se fundamente en el miedo y no en la bondad y la libertad.

P. Curioso… ¿así que la solidaridad puede tener varias caras?

R. Sí. Puede que se esté dando una solidaridad inmediata desde un contagioso ‘sálvese quien pueda’, en lugar de trabajar por un cambio más profundo. Ya se verá, pero probablemente volvamos a lo mismo. Cuando los sistemas de gobierno vuelven a la política bronca, como en el caso español, no se ha entendido el mensaje. Intento ver el coronavirus como una posibilidad de regresar a la casilla de salida. Si volvemos a jugar con las claves de antes, habremos aprendido muy poco o nada.

Para que la solidaridad se mantenga en el tiempo tiene que conectar con aquellas fuerzas que vayan más allá del miedo

P. Ver series o películas, realizar challenges para mostrarlos en redes sociales o cocinar postres con el mismo objetivo han sido varias de las actividades más realizadas durante la cuarentena.

R. Ha continuado esa vida anclada en la superficialidad a la que estábamos acostumbrados. Depende de la generación pero, en general, hay una predisposición a seguir dinámicas ya conocidas para afrontar lo que nos pasa. Antes, estábamos constantemente colocándonos en el escaparate. Y esa tendencia la reprodujimos cuando nos confinaron. Podríamos haber intentado otra cosa, otras líneas de acción. Algo que nos conectase más con nuestro interior, con la reflexión y el silencio.

P. ¿A qué tipo de silencio se refiere?

Al que viene de realizar una pequeña desconexión digital o pasar más tiempo con nuestros seres queridos, ampararse en el mundo de la oración para los creyentes o el de la meditación para aquellas personas con otro perfil espiritual. Me refiero a elegir lo que nos aleja del ruido.

(Continuará)

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2 Comentarios

  1. Marisa lidon garcia dice:

    Como siempre una entrevista muy interesante y ojala llegue a mucha gente y si ga
    A tuš consejos. Yo intentare incorporar a mi vida diaria to do lo que traminec o por lo menos intentare. He seguido leyendo en el confinamiento tuš Dialogos para reč ordar.

  2. Un amigo dice:

    En opinión de la respuesta a la pregunta ¿que ha confirmado?:
    Es cierto que seguramente el impacto temporal de las generaciones presentes en su mayoría no haya sido notable, y volvamos a hábitos similares. Pero todo lo que sucede a lo largo de la historia, y más si es conservado de alguna manera, supondrá un cambio perceptible a la larga.
    O al menos eso quiero creer, a pesar de ser consciente del incremento de la inacción y el conformismo en nosotros.

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