Crónicas

La estación fantasma de Chamberí, una cápsula del tiempo con la que viajar a los años 60

Sábado, 5 de la tarde. Un banderón de España empujado por el viento ondea en la madrileña plaza de Chamberí. A sus pies, un goteo incesante de curiosos se acerca a una entrada custodiada por una simpatiquísima vigilante de seguridad. “¿Quedan plazas?”, pregunta la última persona en llegar. La mujer dibuja un ‘no’ con la cabeza. “No te preocupes, seguro que hay entradas para más adelante. Pero date prisa o tendrás que esperar mucho”, le apremia con una sonrisa. Así es la curiosidad que despierta la estación fantasma de Chamberí.

Abajo, nuestra guía se presenta, casi al mismo tiempo que explica la peculiaridad de la visita (gratuita) que ofrece Andén 0, la red de museos suburbanos de Metro de Madrid. Tendrá que detener su narración cada pocos minutos debido al estruendo que provocan los convoyes. La línea 1 del metro todavía atraviesa la estación, aunque reduciendo la velocidad.

Mapa de la línea 1 desde la estación de Chamberí hasta Vallecas/Otro millennial sin certezas

Chamberí, una estación de detalles

Una parte crucial en el diseño de la estación, que corrió a cargo del arquitecto Antonio Palacios, fueron los tragaluces. Estaban pensados para hacer entrar la luz del sol, que luego se reflejaría en los azulejos blancos y humanizaría el espacio al dotarlo de más luminosidad. Se quería eliminar de esta manera cualquier reticencia a tomar el metro. “Hay que pensar que la estación se inauguró en 1919. Por aquel entonces, viajar por el subsuelo no era lo más habitual y las bombillas eran de apenas medio vatio”, cuenta la guía esbozando una sonrisilla.

Pocos pasos más adelante, el vestíbulo te sumerge de lleno en el siglo XX. Allí, conviven entre otros el cuarto de personal, la taquilla principal de venta de billetes o el tablón de avisos, con amarillentos impresos que recogen las tarifas de la época.

Para entonces, la más joven de los 5 miembros que permite la visita ya ha hecho gala de su habilidad con el smartphone que tiene en la mano. A sus 7-8 años, y casi un siglo después de la inauguración de la estación, impresiona verla contornear el móvil de las maneras más increíbles para tomar fotos. Nada se escapa a su objetivo.

Logotipo de Metro de Madrid en el andén de la estación de Chamberí/Otro millennial sin certezas

Trabajo para las mujeres, pero bajo ciertas condiciones

Las mujeres se empezaron a incorporar a la vida laboral en Metro de Madrid, una de las primeras grandes empresas en contratarlas. El personal de la estación de Chamberí era exclusivamente femenino, explica la guía. Revisoras y taquilleras debían cumplir un requisito fundamental: estar solteras. En caso contrario, perdían el empleo, ya que no estaba bien visto que una mujer casada trabajara. Muchas regresaban a su puesto tras enviudar.

Al oír el relato, la chica de al lado tuerce el gesto. Con razón. «Cómo hemos cambiado», pensará. Las trabajadoras tampoco podían volver a casa con el uniforme de trabajo puesto, por lo que tenían que cambiarse en un vestuario que había en esa misma zona de entrada. La voz de la guía retumba en la bóveda de entrada. Mientras, la niña sigue disparando ráfagas con el teléfono.

“Vamos a bajar”, anuncia poco después la guía. El silencio se echa encima de estas palabras, pues todos sabemos que el gran momento se acerca. Caminamos expectantes a través de los envolventes pasillos de azulejos blancos, pobremente iluminados.

Sólo mujeres solteras podían trabajar en la estación de Chamberí/Otro millennial sin certezas

Unos cuantos escalones después, el curvo andén se extiende por fin ante nuestros ojos. Se respira historia en el ambiente. Deambulamos alrededor de nuestra improvisada maestra, contemplando las curiosas publicidades de porcelana de la década de 1920 que luchan por resistir el paso del tiempo: Longines, Philips, Gal, Café Torrefacto, El Trust Joyero…

Unos instantes de contemplación después, la guía enmudece y un metro atraviesa el andén conectando las dos épocas. Sus formas se reflejan en el cristal protector colocado delante de las vías y desaparece al cabo de pocos segundos. Vuelve la calma.

Cierre repentino

El aumento de viajeros en la década de 1960 hizo necesario alargar los andenes de Chamberí de 60 a 90 metros para permitir la circulación de trenes de 6 coches (los anteriores eran de 4).  La curva en la que se encuentra la estación hizo técnicamente imposible ampliarla, por lo que se decidió clausurarla dada la proximidad de las paradas de Iglesia y Bilbao (unos 300 metros). La ampliación de Sol -estación también en curva- presentó dificultades similares, pero se ejecutó debido a su gran importancia en la red de metro.

No corrió la misma suerte Chamberí. El tapiado de los accesos y el cierre definitivo se realizó tan deprisa que no dio tiempo a retirar los anuncios (para nuestro provecho), el mobiliario o incluso recoger las papeleras. El 22 de mayo de 1966, la estación se clausuró para convertirse en una cápsula del tiempo, lista para ser desenterrada en el futuro.

Publicidad de la perfumería Gal/Otro millennial sin certezas

Abrió sus puertas de nuevo el 25 de marzo de 2008. Estas cuatro décadas de inactividad le granjearon el sobrenombre de estación fantasma, ya que numerosas personas se colaban por las noches, burlando la seguridad. Los más jóvenes pintaban grafitis y vandalizaban las instalaciones. Otros, simplemente buscaban un lugar en el que pernoctar y protegerse del frío de la capital. De hecho, la película ‘Barrio’ (1998), de Fernando León de Aranoa, usó la estación como decorado de un ficticio refugio de indigentes. También han circulado numerosas leyendas urbanas sobre supuestos crímenes.

De repente, la guía acaba sus explicaciones. Por increíble que parezca, ya ha pasado media hora. Nostálgicos, emprendemos la subida y nos mentalizamos para la salida a la calle y el cambio de luz. Y, sobre todo, para el cambio de época. El viaje ha terminado.

P.D.: ¿Qué opinas de los anuncios?

Publicidad de una lámpara Philips de medio vatio en las paredes del andén/Otro millennial sin certezas
Publicidad de la compañía de joyas El Trust Joyero/Otro millennial sin certezas
Andén en curva de la estación de Chamberí/Otro millennial sin certezas

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